El núcleo de finales del siglo 17 de esta ciudad histórica, fundada por los franceses y ocupada por los holandeses antes de quedar bajo el dominio portugués, ha conservado el plano de calle rectangular original en su totalidad. Gracias a un período de estancamiento económico a principios del siglo 20, han sobrevivido un número excepcional de hermosos edificios históricos, lo que lo convierte en un ejemplo sobresaliente de una ciudad colonial.

Ubicada en el promontorio formado por los ríos Anil y Bacanga, al noroeste de la isla de São Luís, el Centro Histórico de São Luís do Maranhão se caracteriza por su trama urbana de calles bordeadas por edificios residenciales, muchos con techos de teja, cornisas pintadas y ornamentadas, ventanas altas y estrechas engastadas en marcos decorados y balcones con barandillas de hierro forjado o fundido.

Datan del plan de 1615 trazado por el ingeniero jefe de Portugal en Brasil, tras la conquista del fuerte que los franceses habían establecido en el lugar en 1612. Ampliado armoniosamente a lo largo de los siglos 18, 19 y 20, el centro histórico es un destacado ejemplo de una ciudad colonial portuguesa adaptada a las condiciones climáticas de América Ecuatorial, con arquitectura tradicional portuguesa adaptada para incorporar pilares elevados y galerías de madera con contraventanas.

La singularidad de las técnicas de construcción empleadas se expresa en la elegancia de los azulejos tradicionales portugueses aplicados tanto como aislamiento como decoración y en el marcado contraste entre la cargada ornamentación de las fachadas y los porches de los patios interiores, revestidos por persianas venecianas y celosías y marcos.